Psicodélicos

Los seres humanos llevan miles de años utilizando  psicodélicos, sobre todo en ceremonias religiosas y rituales espirituales.

En los últimos años, se ha producido un extraordinario aumento del interés, la concienciación y la aceptación del uso de psicodélicos en el mundo occidental.

En universidades e instituciones de renombre, se están llevando a cabo cada vez más investigaciones sobre los efectos terapéuticos y las aplicaciones de los psicodélicos en macrodosis y microdosis.

Pacientes de todo el mundo se apuntan a terapias psicodélicas o a ceremonias de plantas maestras para superar sus traumas, liberar la ansiedad y aliviar la depresión.

Con una renovada transmisión de la sabiduría ancestral, la narrativa global de estas sustancias se está transformando gradualmente: de drogas (dañinas) a herramientas terapéuticas transformadoras que pueden beneficiar significativamente a la humanidad.

Los psicodélicos, también denominados alucinógenos, enteógenos o empatógenos, son sustancias psicoactivas que producen alteraciones en la experiencia consciente.

Estas pueden incluir cambios en la cognición, la percepción, los sentimientos y las emociones.

Los llamados psicodélicos "clásicos" -LSD, psilocibina, mescalina y DMT- afectan al sistema de serotonina del cerebro, principalmente al unirse al receptor de serotonina 2A (5HT-2A).

 

Otras sustancias con propiedades alucinógenas conocidas -como el cannabis, la ketamina, el MDMA y otras- tienen efectos diferentes en el cerebro, pero siguen produciendo algunos efectos psicodélicos.